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Manías.

By 20:29 , ,

Si miramos a nuestro alrededor, a nada que nos fijemos... todos tenemos mil manías.
Rara es la persona que no se muerde las uñas, que no se toca el pelo una y otra vez, repetitivamente. Que no repite una y otra vez las mismas coletillas cuándo mantiene una conversación:
 - Entiendes?, - Escucha... -Vale... - Sabes?
El que no va mirando las baldosas de la calle para no pisar las rayitas ( o se le desbarata su mosaico mental ), va fijándose en las matrículas de los coches a ver si son capicúas o va sumando los numeritos a ver si dan par o impar...




Al que no se come las galletas María mojadas en el café con leche de dos en dos y con el dibujito hacia afuera ( o sea, yo), le gusta beberse la cerveza con pajilla y a poder ser de color rosa ( o sea, yo de nuevo).
O le gusta que los cajones estén cerrados y las puertas de la casa siempre abiertas ( o sea... yo)
Los tapones de los champús y cremas bien cerrados ( yo de nuevo...)
y las puertas de los armarios cerradas ( para que al ir caminando por la casa no nos abramos una brecha del quince en la frente, básicamente. Manías)




A algunos nos pone nerviosísimos ver los canutillos de cartón del papel higiénico sin tirar a la papelera, decorando artísticamente cualquier rincón del cuarto de baño...
O la ropa sucia asomando igual de artísticamente por la puerta de la lavadora a punto de caerse al suelo cual catarata del Niágara, chulísima!!!
Es maravilloso entrar en la cocina y ver la mesa hasta los topes de migas de pan y tapas de yogures de fresa, melocotón, plátano y piña. Qué maravilla!!! Cuánta fruta en los yogures, estupendo!!!




Hay personas que tienen los botes en la nevera colocados con los letreritos mirando siempre hacia adelante.
Y otras que necesitan ver los zapatos colocados uno al lado del otro, separados por 3 cm. y perfectamente alineados, sin que uno pise al otro.
A otros les gusta que los cojines estén bien colocados en los sillones y no apilados de cualquier manera, como preparados para una batalla campal.
Que los libros sobre la mesa formen una torre regular, ordenada y no sean un bulto informe de apuntes, papeles, facturas y tiquets de compra del Corte Inglés. Manías.





La clave para saber si una de nuestras manías cotidianas es manía o se convierte en obsesión, en esclavitud, en algo más serio que condiciona nuestra vida y nos somete a su dictadura... es la frecuencia. la cantidad de veces que a lo largo del día repetimos esa conducta y el no hacerlo nos genera estrés, angustia y nos impide llevar una vida normal.
Si nuestras manías "cotidianas" son muy numerosas y nos sentimos esclavizados... debemos pedir ayuda a un buen profesional.




Los profesionales de la salud mental distinguen perfectamente entre la "manía", digamos normal, cotidiana... definida como costumbre extraña, caprichosa, preocupación fija y obsesiva por alguna cosa, pasión o aversión exacerbada por algo, pequeña obsesión...
Y la patología psiquiátrica que supone un trastorno mental que condiciona y dificulta nuestra vida.




Síntomas de un episodio maníaco:
- Se modifica nuestro humor.
-Nos mostramos eufóricos, irritables, nos sentimos incluso estupendos, divinos de la muerte y, por supuesto, no sentimos que tengamos un problema ni un trastorno.
- Estamos irritables, montamos en cólera con facilidad.
- Empezamos varias cosas que nunca terminamos, tenemos dificultad para concentrarnos, perdemos el hilo de las conversaciones con facilidad.




- Logorrea: hablamos abundantemente, de forma acelerada e imparable, sin control alguno.
- Disminuye nuestra necesidad de dormir sin que aparentemente sintamos fatiga por no hacerlo.
- Aumenta nuestra empatía y ganas de ayudar a los demás y hacerles regalos.
- Mostramos una hipersensibilidad afectiva y labilidad emocional ( pasamos de la risa al llanto con mucha facilidad).




Los especialistas hablan de que en estos episodios maníacos intervienen elementos internos de la persona ( heredados, genética, bioquímica de los neurotransmisores cerebrales, etc...)
Y factores externos (falta de sueño, consumo de estimulantes, carencia de vitaminas, ausencia de luz solar, etc...
que favorecen que algunas personas desarrollen trastornos maníacos, rituales, conductas acompañadas de ansiedad y nerviosismo que dificultan sus relaciones sociales y su vida.




Estos trastornos requieren ayuda de profesionales, medicación y psicoterapia, para reducir la ansiedad, resolver los conflictos internos de la persona y frenar su estrés y nerviosismo.
No es mala idea fijarnos en nuestro modo de actuar en determinadas ocasiones de la vida diaria y cambiar nuestra manera de proceder y resolver las situaciones, gestionarlas...
No pasa nada y nuestra salud mental... siempre gana.
El ser humano es complicado, eso es... incuestionable!!!


                                                                   Bustamante: "Dos hombres y un destino"


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